domingo, 29 de agosto de 2010

Un día cualquiera.


Salgo del metro U. de Chile, camino hacia ahumada. Están como de costumbre los vendedores ambulantes. Los días están muy fríos y necesito unos guantes, pero enseguida se me vienen a la cabeza las cuentas, los almuerzos que debo en la pega, la luca que me prestaron para cargar la bip y el sueldo que no alcanza a fin de mes. Para subirme el animo digo: “mañana estará más cálido”.